Dormir siempre bajo el mismo cielo plagado de estrellas, dejarse invadir por paisajes mágicos, y levantarse cada día en un lugar diferente a cientos o miles de kilómetros es posible sin necesidad de llevar la casa a cuestas ni tener que hacer una enorme inversión. Basta con tener una carava, autocarava o camper.
Todo son ventajas para los que nos gusta esta forma de viajar, y de un tiempo a esta parte ha ganado una enorme popularidad en España: Viajar, libertad, aventura, comodidad, autonomía, avería (no todo son ventajas), naturaleza, desconexión, compañía y amor.
Una de las grandes ventajas es el ahorro económico de este modelo de ver el mundo. Es una forma de viajar muy económica, ya que no tienes que pagar por el alojamiento. Cuando viajas hay tres tipos de gastos principales: desplazamiento, alojamiento y comida. Con una caravana, tú controlas esos tres gastos por no hablar de la libertad que aporta y la capacidad que permite para improvisar el destino.
Lo bueno de toda esta filosofía es que ahí donde llegas tienes tu hogar. Llegas con tu casa y te sientes uno más del lugar. Haces vida normal como la gente que tiene la casa en ese municipio: vas al mercado, compras, paseas...
Otra de las ventajas más grandes que tenemos los que vivimos viajando es que no hay más horarios, ni cosas predefinidas. O al menos no hay más horarios definidos por alguien más. Nosotros somos los encargados de moldear cada día de nuestras vidas. Esta forma de viajar es un continuo aprendizaje.
Disfrutar de nuevas experiencias, dejarse invadir por paisajes mágicos y aprender sorprendentes costumbres, pueden ser algunos de esos ingredientes que nos ofrece la aventura del viaje. ¿Te imaginas poder hacerlo con total libertad?
Nosotros llevamos 6 años viajando y los últimos 7 meses vivimos viajando. Vivir viajando no es para cualquiera. O, mejor dicho, es para cualquiera que tenga ganas.
Bienvenido a nuestro mundo.
Toñi y Laureano