Huesca


La provincia de Huesca ofrece una espectacular transición de paisajes que van desde la alta montaña del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido al eterno desierto monegrino. Huesca es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura. Además, como cuna del del Reino de Aragón, esconde auténticas joyas artísticas, especialmente del Románico.


En nuestro recorrido por esta provincia hemos visitado los siguientes municipios: Agüero, Aínsa, Almudevar Benasque, Bestúe, Boltaña, Broto, Candanchu, Canfranc, Embalse de Sta. Mª de la Peña, Eriste, Formigal, Jaca, Loarre, Los Mallos de Rglos, Pueyo de Araguas, Sallent, Lanuza y Torla-Ordesa.

Ainsa

Desde lejos aparece como un apiñado caserío uniforme, proporcionado y armónico, destacando la esbelta torre de la iglesia, el enorme recinto del castillo y una de las Plazas más bonitas de España. Dentro de las murallas la maravilla del románico en cada rincón, sorpresas constantes en cada detalle. Situada estratégicamente en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, Aínsa es un punto de partida privilegiado para realizar excursiones a pie o en bicicleta, para montañeros y esquiadores, para cazadores y pescadores que encuentran aquí uno de los pocos rincones vírgenes que quedan en la actualidad, para amantes del arte y de la historia.

Agüero

Su bello casco urbano protegido por la mole pétrea de sus mallos, que sirve de refugio de aves que la sobrevuelan permanentemente y, a su vez, constituye un paraíso para los amantes de la escalada.
La localidad guarda tesoros artísticos como la iglesia de El Salvador, de estilo románico, y la iglesia de Santiago. Esta última, situada a un kilómetro del pueblo, ha sido declarada Monumento Nacional, figurando entre los templos románicos más hermosos de Aragón. Para visitarla, puedes solicitar las llaves en la residencia de mayores de la localidad.

Benasque

Cambiante con las estaciones, nunca muestra la misma imagen y nunca provoca las mismas sensaciones. Las grandes montañas que se elevan más allá de los tres mil metros de altura, los valles escondidos, el agua que fluye de norte a sur y que transforma el territorio allá por donde pasa, la fauna que encuentra su refugio en los grandes espacios y la flora que pinta el valle de colores según la estación, componen un territorio vivo para disfrutar de momentos de soledad y tranquilidad en una sociedad caracterizada por la inmediatez, pero también momentos de actividad y disfrute al aire libre, escalando montañas, caminando por senderos infinitos, volando en parapente y realizando otras muchas actividades.

Torla-Ordesa

Torla-Ordesa está situada a 1033 m. de altitud y tiene 293 habitantes. Es la entrada natural al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Desde el Puente de los Navarros se inicia la pista forestal que da acceso al Valle de Bujaruelo. Población típicamente alto aragonesa, desde donde se divisa el imponente Macizo de Mondarruego. El nombre de torla es una derivación de “torre” en referencia a la torre que existió para defensa de los franceses en la época de Juan II de Aragón (siglo XV). Esta “torre” con su fortaleza se situaba donde ahora se encuentra su hermosa iglesia de estilo románico, construida sobre una gran roca por donde pasa la carretera actual gracias a un túnel. 

Sallent de Gállego

El pequeño y encantador pueblo de Sallent de Gállego es una de las postales pirenaicas que no te cansas de mirar. Ese conjunto de casas con tejados de pizarra se recorta contra la montaña con timidez pero con determinación. Si crees que esta localidad resulta atractiva en primavera, espera a verla cubierta de nieve y con las chimeneas desprendiendo ese olor a leña quemada que tanto nos gusta a los que vivimos en la ciudad. Desde el punto de vista patrimonial, la localidad cuenta con interesantes monumentos como su iglesia de estilo gótico del siglo XVI y su puente medieval. Un paseo sosegado por sus calles te permitirá descubrir bellos rincones rodeados de un paisaje extraordinario.

Lanuza

Te enamorará este bonito pueblo de piedra y pizarra fruto del denodado esfuerzo y de la ilusión de sus antiguos habitantes por recuperar lo que un día les fue arrebatado por la construcción del embalse.

Además de las maravillas del propio lugar y del entorno, Lanuza puede presumir de acoger Pirineos Sur, el prestigioso Festival Internacional de las Culturas. Cada verano, artistas de renombre de los cinco continentes actúan en el magnífico escenario instalado sobre las aguas del pantano. Un espectáculo único y un ambiente inigualable del que disfrutan miles de personas desde 1994.

Los Mallos de Riglos

Impresionantes y únicas son las panorámicas que muestran el conjunto formado por los mallos de Riglos y las casas del casco urbano, visibles desde varios puntos del territorio, algunas presentan estampas tan bellas como la vista al atardecer desde Murillo, o la más extensa desde el Mirador de los Buitres. Paredes verticales que alcanzan los 300 metros de altura, asentadas junto al pueblo y al curso del río Gállego estos conglomerados calizos se formaron en el Terciario y fueron más tarde erosionados por el agua, la lluvia y el viento hasta formar las paredes actuales, de color rojizo debido a la existencia de hierro y arcillas que resulta espectacular a la caída del sol. 

Canfranc

Dada su cercanía a la frontera con Francia, Canfranc ha ejercido históricamente una gran importancia estratégica y militar, de ahí la construcción de diversos fuertes o torreones, como la Torreta de Fusileros o el Fuerte de Coll de Ladrones.

Sin duda, la Estación Internacional de Canfranc es el edificio insignia de este pueblo pirenaico. Fue inaugurada en las primeras décadas del siglo XX, es un bellísimo ejemplo de la arquitectura industrial de la época y está dotada de una elegancia sorprendente. En la actualidad se realizan visitas guiadas que muestran al visitante el esplendor que todavía conserva.

Loarre

El castillo de Loarre fue fundado por el gran monarca Sancho III el Mayor y es una verdadera joya de la arquitectura civil y militar de la época. Ha servido en numerosas ocasiones como escenario de películas, entre otras, ‘El Reino de los Cielos’, de Ridley Scott. 

Levantado en un espolón rocoso a 1071 metros de altitud, defendió la línea fronteriza del Reino de Aragón y fue pieza clave para el rey Sancho III el Mayor en la reconquista cristiana de esta tierra a los musulmanes.

Jaca

Cuenta con un importante patrimonio del que sobresale su catedral románica. Fue una de las primeras de este estilo construidas en la península, allá por finales del siglo XI. Nació ligada al nuevo reino de Aragón y al Camino de Santiago, convirtiéndose en templo de referencia. Su influencia se aprecia en la reproducción del característico crismón trinitario de su portada principal o el famoso ajedrezado jaqués. Su extraordinario Museo Diocesano exhibe una de las mejores colecciones de pintura medieval del mundo.
Su casco antiguo acoge otros muchos edificios de interés como la Ciudadela, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVI, y que alberga el Museo de Miniaturas Militares

Broto

Broto se encuentra ubicado en un entorno natural privilegiado, a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Entre sus construcciones destaca la Casa del Valle, con su torre defensiva del siglo XVI que sirvió de cárcel durante varios siglos. En sus ennegrecidas paredes todavía se conservan los grabados plasmados por los presos para combatir el tedio.
En su iglesia de San Pedro Apóstol del siglo XVI te llamará la atención su torre defensiva almenada, así como su portada esculpida.
Merece la pena que te acerques a ver la espectacular cascada de Sorrosal, dotada de una vía ferrata que, si te animas, podrás ascender.

Pueyo de Araguas

La localidad de El Pueyo de Araguás puede presumir de albergar el que, según algunos expertos, es el monasterio más antiguo de España: el Real Monasterio de San Victorián.

El inicio de su construcción data del siglo VI y en él se superponen diferentes estilos. Conserva restos del siglo XI y, especialmente, de los siglos XVI al XVIII. Destacan la esbelta torre de su iglesia, su claustro, los lienzos de la muralla y los restos del antiguo monasterio. Está considerado como una de las cunas de la Corona de Aragón y ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
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