Eslovaquia es quizá uno de los países más desconocidos de Europa del Este y también uno de los de menor tamaño. Apenas algo más grande que Holanda o Suiza. Sobre el mapa, su estrecha fisonomía y su situación apartada de las rutas más turísticas hace que muchas veces se le pase por alto. Mientras que se suele prestar más atención a otras naciones vecinas más renombradas como Polonia, República Quecha, Austria o Hungría.
Sin embargo este pedacito de la vieja Europa, situado entre el caudaloso Danubio y los espléndidos montes Cárpatos es, sin duda, uno de los territorios más hermosos del continente.
La belleza de Eslovaquia no es grandilocuente, es más bien modesta y callada. Por eso hay que explorar Eslovaquia con calma. Pasear por su agradable capital Bratislava, deleitarse con sus hermosos parques nacionales o visitar la autenticidad de sus zonas rurales. Allí podremos encontrar pequeñas ciudades con un encanto único como Bonska Stiavica.
Este país los pasaremos, al igual que otros, de puntillas visitando su capital
BRATISLAVA